<<El uróboros- del griego ourá, <<cola>>, y borá <<alimento>>- es un símbolo ancestral que muestra a una criatura serpentiforme que engulle su propia cola, conformando con su cuerpo una forma circular. En algunas representaciones antiguas aparece con la inscripción griega <<Todo es uno>>.  También se figura como dos serpientes mordiéndose una a otra. 

Representa el eterno retorno y otros conceptos percibidos como ciclos que vuelven a empezar en cuanto concluyen, la destrucción que a la vez es creación. En un sentido más amplio simboliza el tiempo y la continuidad de la vida. La imagen del círculo que forma el cuerpo del animal resulta una clara metáfora de una repetición cíclica que significa la eternidad.

El uróboros es un símbolo que han empleado distintas creencias y civilizaciones para mostrar un universo eterno, en donde todo cambia para regresar siempre a su origen. Las primeras representaciones de este símbolo datan del Antiguo Egipto, y la Antigua Grecia. Algunos uróboros se remontan a los jeroglificos hallados en la cámara del sarcófago de la pirámide de Unas, en el 2300 a.C. Asimismo se puede encontrar en la mitología nórdica en la forma de la serpiente Jörmundgander, que llegó a crecer tanto que pudo rodear el mundo y apresarse la cola con los dientes. En la práctica de la alquimia expresaba la unidad de todas las cosas, las materiales y las espirituales, que nunca desaparecen sino que cambian de forma en un ciclo eterno de destrucción y nueva creación, y del mismo modo representaba la infinitud. Puede también significar las dos dimensiones del mundo (encarnadas por el interior y el exterior del círculo), una interpretación ideada por el cristianismo, donde además la serpiente como pecado, pero todo lo que hay dentro pertenece a su reino.>>

 

Texto perteneciente al libro GRANDES ENIGMAS DE LA CIENCIA, Antonio Lamúa. 

 

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